Cayendo en manos de un narcisista

FUENTE: RELIGIÓN EN LIBERTAD

CUESTION DE VIDA - MARIA JOSE MANSILLA

Este fin de semana dos personas han venido a pedirme consejo por dos casos distintos pero semejantes. Mujeres enganchadas a varones narcisistas que les destrozan la vida y las someten a humillaciones y de los que no son capaces de separarse. Ninguna es víctima de maltrato físico, porque pese a lo que nos venden, esto no es lo más habitual, pero que una persona egocentrista y sin escrúpulos le destroce la vida a otra sí que lo es: varón a mujer, mujer a varón, y no solo en relaciones de pareja, aunque sí principalmente. Hablo de narcisista por poner un nombre común, aunque estas personas no estén diagnosticadas ni quizá cumplan todos los requisitos exactamente.

¿Cómo se cae bajo el influjo de un narcisista? ¿Podemos todos caer todos en esto? ¿cómo ayudar a las personas que han caído bajo el influjo de alguien que las está maltratando a ojos vista, pero ellas no pueden darse cuenta y salir de ello?

Vamos a empezar por cómo se cae en esto, aunque cada caso tiene sus particularidades:

  • Seducción:no podría haber manipulación sin esta fase inicial en que la persona víctima fuera objeto de todo tipo de atenciones. Los narcisistas suelen ser personas que saben ser muy amables y detallistas y por eso las personas ajenas a esta relación no sospechan. Buscan una persona con necesidad de afecto y aprecio y esto lo podemos ser absolutamente todos en varios momentos de nuestra vida. El narcisista sabe decir y hacer lo que la persona quiere escuchar y ver y la víctima cae en sus redes y la idealiza.
  • Aislamiento:Consigue separar a la víctima de las personas que puedan servirle de soporte para que se interpongan en su camino y no interferencias. Quiere el 100% de atención de la víctima y lo utiliza como excusa. Una persona sola y aislada es mucho más manipulable que dentro del grupo
  • Despersonalización:La víctima empieza a notar que algo pasa porque la careta de persona perfecta se le va cayendo. Entonces empieza a devaluarla, la víctima deja de ser el centro de sus atenciones y se convierte en la fuente de sus críticas. Para conseguir no perder a su víctima le da una de cal y otra de arena: le grita, le pega y la humilla y luego la vuelve a amar. La víctima se acostumbra mientras que se aferra a la relación porque necesitas las migajas de amor que le da de vez en cuando.

La persona, aislada, con la autoestima por los suelos y con dependencia psicológica no puede ver la realidad y hace falta muchísima paciencia y muchísimo dedicación y cariño para que pueda salir de una relación así.

Pienso en la famosa novela y después famosa película “Las amistades peligrosas”. Como el vizconde de Valmont se lanza a la seducción de Madame de Tourvel, cómo finge religiosidad porque Madame de Tourvel es una persona religiosa, cómo finge sus mismas aficiones y gustos, cómo le prepara la trampa y una vez que la atrapa, la destroza. Dios nos libre de que un Valmont se cruce en nuestro camino.

¿Cómo ayudarlas? Pues revirtiendo la labor que han hecho con ellas. Ante la mentira constante de la seducción decir la verdad, eso sí con caridad. Ante el aislamiento en la que quizá esté atrapada, acompañar y estar siempre disponible. Ante la despersonalización a la que se ha visto sometida, la dignificación de su valor como persona, aumentar su autoestima. Claro que eso de aumentar la autoestima no viene de las frases bonitas, sino de saberse amada por Dios, de sentirse elegida y llamada por Dios a la vida desde la eternidad, de saberse perdonada y acogida por Dios.

Y mucha paciencia, tenemos que tener mucha delicadeza y comprensión y con las personas que han caído en las redes de un manipulador y cuesta, porque lo que nosotros vemos esa persona no lo ve, y necesita un tiempo para verlo, porque su ceguera nos desespera.

Varios de los milagros de Jesús fueron devolver la vista a un ciego. Pidamos mucho al Señor ese milagro de abrirnos los ojos a la realidad y sacarnos de los engaños del maligno en tantas y tantas cosas, que mucha falta nos hace.