Que todas las parroquias estén comprometidas con la defensa de la vida, y puedan acoger a las personas con dificultades en este ámbito es el objetivo de Parroquias por la vida, la iniciativa más joven de Spei Mater. La parroquia de la Santa Cruz, de Coslada, se está preparando para ser la parroquia piloto de este proyecto. El año pasado, un pequeño grupo de agentes de pastoral participó en las primeras reuniones de formación y, este curso, cuatro de ellos están haciendo o van a hacer el curso de formación on-line. Entre ellos está doña María Tobes, una consagrada que está convencida de que «la defensa de la vida tiene que estar en los núcleos de la Iglesia, que son las parroquias; igual que Cáritas».
María explica que el objetivo de esta iniciativa es, «sobre todo, abrir las conciencias de la gente a la verdad». Gira en torno a dos ejes. El primero es la oración: en su parroquia, ya se pide por la vida cada día en el Rosario y la Misa, y quieren crear momentos de oración específicos. El segundo eje es la formación: «Tenemos que formarnos nosotros, para hacer llegar a esta formación al resto de personas de la parroquia», a las que les resulta más difícil acceder a ella. Este aspecto fue el que, en un primer momento, llamó más su atención. «Me daba cuenta de que, cuando hablaba con personas que no comparten la enseñanza de la Iglesia, no siempre sabía darles respuestas. Además, en la sociedad hay otras ideas, que van calando en nosotros».
¿Te imaginas...?
Sin embargo, ha recibido mucho más. «En una de las primeras reuniones, nos hablaron sobre la dignidad de la persona, con preguntas básicas que nunca me había planteado. No se trataba ya sólo del aborto o la eutanasia, sino de la dignidad de la persona con la que te encuentras día a día, de la cajera del supermercado. Tratándola de forma coherente con esa dignidad, ya estás abriéndote a la vida. No se trata sólo de que yo vaya a manifestaciones, sino que en mi vida cotidiana manifieste lo que creo. Lucho por el bebé en el seno de su madre, por el anciano o el deficiente, pero también por el vecino, por el que pide en la calle...»