Modificación genética de embriones humanos

 Liang y colaboradores, un grupo chino de investigación, ha publicado un trabajo en el que se modifican genes en embriones humanos. Esto supuestamente permitiría, en un futuro, tomar embriones producidos por fertilización in vitro y cambiar los genes que causan enfermedades graves, como la beta-talasemia. El artículo ha sido publicado en la revista Protein & Cell, después de ser rechazado por las conocidas Science y Nature a causa de sus problemas éticos.

 Pueden existir dudas acerca de si los embriones que han usado en su investigación son realmente seres humanos. Según los investigadores, para reducir los problemas éticos, emplearon embriones (zigotos) tripronucleares, que no pueden desarrollarse como seres humanos. Estos embriones se producen con frecuencia en la fecundación in vitro, a menudo por la fecundación de dos espermatozoides en lugar de uno, y son descartados.

 Esta investigación abre la puerta a la manipulación genética de seres humanos. Esa peligrosa puerta se abre estimulada por una práctica previa, la fecundación in vitro, que es ya de por sí contraria a la esencia de la sexualidad y la fecundación humanas, porque separa el acto sexual de la fecundación. El hijo ya no es un regalo unido por Dios a ese acto de amor, sino un producto de la voluntad humana y la capacidad técnica. Producidos en laboratorios, muchos embriones pasan un control de calidad para que algunos sean implantados, mientras sus hermanos son descartados o quedan a la espera, congelados en bancos. Sólo en España, existen cientos de miles de seres humanos, únicos e irrepetibles, congelados en estado embrionario, muchos de los cuales quedan abandonados por sus padres y no verán jamás la luz. En el mundo puede haber muchos millones de ellos.

 Por la fecundación in vitro, algunas mujeres se implantan embriones "comprados" en el banco, sin tener siquiera una relación de amor con el padre, un anónimo donante de un esperma obtenido por masturbación en un servicio. Así nacen niños sin padre conocido, como si la figura paterna no fuera fundamental en el desarrollo de un hijo o de una hija. Es evidente que la reproducción asistida nos coloca en la pendiente resbaladiza de la inmoralidad, y la caída es cada vez más acelerada. Por supuesto, hay niños y niñas preciosos y queridos por Dios que han venido al mundo por esta técnica en una familia que les quiere. Pero el hecho de que el fin sea bueno no justifica los medios.

 Para que nazca un niño por reproducción asistida, aproximadamente otros ocho se pierden por problemas derivados de la técnica. Ahora, la cosificación del ser humano que está produciendo la reproducción asistida ha dado un paso más: la modificación genética. Todo bajo apariencia de bien, pero causando en realidad el descarte de millones de seres humanos, tirados o congelados. Además, en todas estas investigaciones, los seres humanos en estado embrionario son utilizados como material de laboratorio, para hacer pruebas.

 Es necesario que nos demos cuenta de que el camino del bien, de la verdad y del amor no es ese. Todas estas manipulaciones son pecados contra Dios y contra el hombre que claman al Cielo.

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