ORACIÓN
Padre amado, tú que eres toda pureza y amor universal sin medida, te pedimos que tu amor descanse en nosotros. Abríganos con el manto de la esperanza y protégenos contra toda maldad de ese enemigo malo que ha infundido en los corazones de muchos la idea aberrante de desechar a los niños no nacidos.
Señor, tú que todo lo puedes y no hay imposibles para ti, toca con compasión los corazones de aquellas mujeres embarazadas en nuestro mundo, que no están pensando en la maternidad y que ven en su pequeño niño que llevan en el vientre, una carga a la cual desechar.
Ayúdales a ver que el niño que llevan en su interior está hecho a tu imagen y semejanza, que son pureza encarnada de tu amor. Que puedan abrir su conciencia a la vida que Tú mismo les has regalado y respeten también la vida de su niño por nacer.
Derrama todos tus consuelos sobre la vida de estas mujeres u hombres que le apoyan, para que se sientan amados por ti y ahuyentes el deseo de asesinar a su propio hijo.
Llévate sus temores, hazles saber que su corazón debe estar lleno de amor y no de egoísmos. Dales un corazón de carne para que puedan amar a sus bebés con la misma ternura que Tú les amas.
Envíales las fuerzas que necesitan para traer al mundo a ese bebé por nacer y que no se sientan solas en este proceso. Que puedan conocer que sus niños por nacer son una bendición para sus vidas y no una maldición o una carga que no pueden soportar.
También te pedimos por estos niños por nacer. Que tu gracia los cubra y esté siempre en ellos para que sus madres puedan sentirse amadas y deseadas por ellos a través de ese cordón de amor que los une.
Te lo pedimos Señor, Padre nuestro, a través de tu amado hijo Jesucristo, por su preociosa sangre, por Él que vive y reina contigo y el Espíritu Santo, Un Dios, por siempre y para siempre.
Amén.