El Tribunal Supremo de EEUU no puede cambiar el matrimonio

El matrimonio es la unión de un hombre y una mujer por amor, para siempre, para tener hijos y formar una familia. Los niños necesitan y merecen un padre y una madre, y que entre ellos exista un amor sólido, que se mantenga para siempre a pesar de las adversidades, y que contenga esa complementariedad en la diversidad del hombre y la mujer, el padre y la madre. Esa unión matrimonial, Dios la quiere, la une y la bendice.

Por eso, el Tribunal Supremo de EEUU, los estados o las urnas pueden decidir que se apruebe legalmente algo que llaman también "matrimonio", que supone la unión entre dos personas con atracción por el mismo sexo, pero nunca estará en su mano hacer que sean un matrimonio realmente, que es lo que antes hemos definido. Siempre será una pareja de hombres o de mujeres. Si, además, mantienen relaciones homosexuales, eso será algo ni querido, ni unido, ni bendecido por Dios, y que no les ayudará a encontrar su plenitud como seres humanos en Él, todo lo contrario. 

Aunque sea doloroso para ellos escucharlo, después de tantas dificultades y rechazos injustos, ése es un camino equivocado. Decir esta verdad, no es rechazar ni odiar, sino amar y respetar sinceramente. Sólo la verdad nos hace libres, aunque a veces sea difícil de decir y escuchar.

Las costumbres y las leyes pueden cambiar; la realidad de las cosas, no.