Revista Cooperador Paulino - Proyecto Raquel: la respuesta de la Iglesia frente al drama del aborto

La Federación Internacional de Planificación Familiar de Estados Unidos ha reconocido que “la incidencia del trauma post aborto en mujeres jóvenes después de practicarles un aborto quirúrgico, puede llegar a alcanzar hasta el 91% de los casos”. El conjunto de síntomas de padecer el trauma se conoce con el nombre de síndrome post aborto.

Junto a trastornos emocionales y afectivos, como baja autoestima, culpa, angustia, tristeza, ansiedad, depresión, dolor; agresividad, irritabilidad, incapacidad de mantener relaciones duraderas, aislamiento social, rechazo a la figura masculina; desórdenes en la alimentación y en el sueño (insomnio, pesadillas), y obsesiones como “el hijo sustituto”, entre otras, el síndrome post aborto es mucho más: es una herida interior muy profunda, también espiritual, que afecta a la persona en todas sus dimensiones -tal como se detalla en la formación de Proyecto Raquel-.

La mujer se siente víctima, engañada en cuanto a que nadie le habló de las consecuencias de abortar. También, incomprendida y culpable, puesto que sabe que aun presionada, fue ella la que en última instancia consintió. Piensa que Dios no la puede perdonar, que no merece el perdón, y tampoco se perdona a sí misma. El sentimiento de culpabilidad no tiene relación con si la mujer es o no creyente, es algo que está en nuestra naturaleza. Y enfrentada a un hecho tan dramático y doloroso, su vida se convierte en un infierno, en una espiral de autodestrucción.

También tiene la sensación de que el hijo que ha perdido en el aborto no ha desaparecido del todo, que está en “alguna parte”. El sentimiento de pervivencia después de la muerte también está en nuestra naturaleza. Y otra fuente de gran sufrimiento para las mujeres con síndrome post aborto, es si su hijo podrá perdonarlas, y si volverán a verlo.

 

 

Las consecuencias de los abortos provocados se extienden también a otras personas: puede tener un impacto profundo en el padre del niño abortado; en los abuelos; en quienes han sobrevivido a un aborto fallido; los niños (hermanos), sobrevivientes de embarazos anteriores o posteriores; familiares y amigos; y en los practicantes de abortos…

Proyecto Raquel es la respuesta de la Iglesia Católica frente al drama del aborto, ofreciendo un camino de esperanza, de reconciliación y de sanación a todos los que sufren, pues “aunque desde el punto de vista humano no existiese esperanza alguna de restauración y todo estuviese ya perdido, no es así para Dios (…) La misericordia de Dios supera la culpa y el dolor más grande, restaurando la vida”, tal como afirma el cardenal Christoph Shönborn, en su libro “Hemos encontrado misericordia”.

La finalidad de Proyecto Raquel es ofrecer a las personas implicadas en un aborto provocado una atención individualizada a través de una red diocesana de sacerdotes, consejeros (laicos con la necesaria formación para desempeñar esta función); psicólogos y psiquiatras. Esta atención individualizada supone acompañar en un proceso que combina lo psicológico y lo espiritual.

“Solamente sana Cristo. Nosotros somos solo colaboradores de su misión”. Este es el primer punto de la espiritualidad de Proyecto Raquel, basado en el Sacramento de la Reconciliación, cuyos orígenes se remontan a 1975, cuando la Conferencia Episcopal de Estados Unidos publicó su Plan Pastoral de Actividades en favor de la Vida, que se convirtió en la pauta de las actividades provida en la Iglesia. En España, Proyecto Raquel surge de la necesidad de tener esta pastoral provida católica y eclesial, que incluye un ministerio de sanación y reconciliación post aborto.

Implantación de Proyecto Raquel en las diócesis españolas

La implantación y gestión del Proyecto Raquel en las Diócesis españolas se organiza a través de Spei Mater, asociación pública de fieles que preside María José Mansilla, su fundadora, contando con la inestimable colaboración del padre Jesús Chavarría, director espiritual de la asociación.

Proyecto Raquel está funcionando ya en cuarenta diócesis españolas. Se establece en cada diócesis con la autorización de su obispo, en coordinación con la Delegación Diocesana de Familia y Vida. En la actualidad, Proyecto Raquel tiene unos quinientos colaboradores.

 

“Concretamente en la Diócesis de Madrid, hay en torno a quince consejeros en activo, y lo cierto es que en los años 2020 y 2021 hemos tenido un aumento espectacular de casos, de manera que a día de hoy, hay ocasiones en que todos los consejeros están ocupados atendiendo a los que acuden a nosotros, y podemos estar hablando de más de cuarenta y cinco personas atendidas anualmente en Madrid. Puede parecer poco, pero cada persona sanada de esta terrible herida tiene un efecto expansivo muy beneficioso en quienes tiene a su alrededor”, afirma María José Mansilla.  

Curso de formación sobre Proyecto Raquel, impartido por María José Mansilla.

“Se llega a Proyecto Raquel de maneras diversas: algunas mujeres lo encuentran en internet; otras muchas vienen a través de sacerdotes, que se lo han recomendado en la confesión; otras vienen animadas por amigas que han pasado por Proyecto Raquel o por conocer a alguien que ha recibido ayuda del mismo; otras ven el cartel o cogen la tarjeta con la información del proyecto en sus parroquias; algunas acuden a los centros de orientación familiar por otros temas y al detectarse en la conversación con ellas un aborto como causa primera de otros problemas, son remitidas a nosotros… pero todas deben de dar el paso de llamar o escribir por sí mismas, -aclara María José Mansilla-, puesto que hay que tener esa voluntad de querer sanar. Todas las personas, porque hay hombres también que atendemos en Raquel. También se atiende a personal sanitario, por ejemplo, que ha participado en abortos”. 

 

Puede accederse a Proyecto Raquel en www.proyecto-raquel.com y www.speimater.com

-Artículo publicado en la Revista Cooperador Paulino, nº 191-