Hozana: 3 maneras de orar mientras trabajamos

Sin importar si somos estudiantes, asalariados, voluntarios para una misión de nuestra comunidad o si estamos al servicio de nuestros seres queridos, debemos tener en cuenta que, el trabajo es un aspecto esencial en nuestras vidas, tanto así que le dedicamos muchas horas de nuestro tiempo. De hecho, sería muy difícil para nosotros dedicar tanto tiempo a la oración... ¡a menos que hagamos de nuestro trabajo una auténtica oración!

A continuación, te presentamos algunos consejos para lograr que Dios esté en el centro de nuestro trabajo, de modo que podamos ir más allá de nuestras tareas más difíciles o desagradables, y le demos sentido a nuestra labor:

  • ¡Oremos para que el Espíritu Santo trabaje en nosotros! Mientras hacemos nuestras labores diarias, podemos invocar al Espíritu Santo para que nos ilumine y nos guíe en todo lo que hacemos. También podemos pedirle que venga y trabaje en nuestras vidas. ¡Dejémoslo que organice, afine, lije, limpie y saque a la luz nuestros talentos por medio de nuestro trabajo!: solo así podremos recibir sabiduría para hacerlos producir y llevar abundantes frutos.
  • ¡Confiemos a Dios todos los miembros del cuerpo! Nuestro trabajo puede tocar el ámbito colectivo en mayor o menor medida, y precisamente este aspecto colectivo nos permite tomar conciencia de la importancia de los demás: el colega, el proveedor, el cliente, el estudiante, el jefe, etc… Es cierto que, en algunas ocasiones esto puede ser molesto, sin embargo, es bastante útil y necesario para que pongamos en obra nuestro talento como Dios desea. De hecho, San Pablo nos recuerda que todos somos parte del mismo cuerpo, por lo tanto, cada vez que interactuemos con alguien, bendigamos y recemos por todas estas interdependencias que nos permiten seguir avanzando.
  • Meditemos sobre el significado del trabajo para Dios. El libro de Génesis relata que el Señor trabajó durante 6 días, antes de descansar para contemplar su creación el séptimo día. Además, la Biblia dice que Jesús aprendió el oficio de José y lo ejerció antes de tener su vida pública. Por lo tanto, Dios nos muestra con su ejemplo que el trabajo puede ser divino y constituye un camino hacia el éxito y la realización. Habiendo dicho esto, ¡confiemos cada mañana nuestra jornada de trabajo a Jesús obrero y dejémonos guiar por Él!