Padre, tú eres el dador de todos los buenos regalos y te agradezco desde lo más profundo de mi alma las increíbles bendiciones que me has otorgado al darme a mis preciosos hijos.
Señor, tú conoces los deseos de nuestro corazón y has respondido a nuestras oraciones con el don de cada niño. Cada uno es una creación única y maravillosa, y me siento abrumado por la acción de gracias por el privilegio de ser su padre.