Creo que esta epidemia ha dispersado el humo de la quimera. El hombre autodenominado todopoderoso aparece en su cruda realidad. Aquí está, desnudo. Su debilidad y su vulnerabilidad son patentes. El hecho de estar confinados en casa nos permitirá, espero, volver de nuevo a lo esencial, redescubrir la importancia de nuestra relación con Dios y, por ende, de la centralidad de la oración en la existencia humana": es la valoración general sobre la pandemia propuesta por el cardenal Robert Sarah en una entrevista de Charlotte d'Ornellas en Valeurs Actuelles, traducida por Infovaticana.